Por: Odevida
Foto tomada de:Agua
La minería ilegal del oro es la principal amenaza que recae sobre los ríos de la Amazonía venezolana. Más de treinta ríos se han visto afectados por esta actividad. El Orinoco está siendo amenazado por la explotación de la bauxita y el coltán. No existe evidencia de que el estado venezolano esté haciendo algo para contener la contaminación de los ríos. Hasta finales del siglo XX los ríos del sur del país permanecían diáfanos, ahora se ve el daño que la explotación minera está haciendo en los últimos años. La pérdida de las capacidades investigativas de las universidades venezolanas ha evitado que se tengan reportes precisos sobre la dimensión de la catástrofe.
Los daños que causan este tipo de minerías son: alteración de cauces, deforestación de los bosques rivereños, destrucción del paisaje, erosión y socavación de sus márgenes, deterioro de la calidad del agua. Esto no sólo acaba con los ríos, sino que pueden alterarlo todo. Las graves inundaciones de los últimos años surgen de esto.
La bauxita es el principal elemento con el que se hace el aluminio. Imágenes satelitales han mostrado el impacto que ha tenido en el Orinoco la principal mina desde donde se extrae este mineral. La explotación de la bauxita ha decrecido en esta década, la del coltán, que se hace a cielo abierto, está en pleno auge en Venezuela. Sin embargo, no se tienen datos exactos sobre los efectos ambientales.
Los ríos que están más amenazados en el Amazonas son el Cuyuní y el Caroní. El mercurio, producto de la explotación minera, flota en sus aguas. La salud ambiental del Cuyuní es crítica. Esta cuenca es la más afectada en la región del Amazonas. La actividad minera ha ocasionado una alta desforestación de los bosques en sus cuencas. A sus aguas llegan combustibles, lubricantes y cañerías. Sobre el Caroní no hay mucha información, pero no se esperan buenas noticias debido a la proliferación de la minería ilegal en ese lugar. A la actividad minera se suma la expansión de la agricultura. En este río se ha denunciado la actividad de dragas pero el gobierno parece no tomar las medidas que se necesitan.
A pesar de la escasa investigación científica, la información recopilada sobre los ríos del Amazonas permite indicar que está ocurriendo un rápido proceso de degradación, producto de la expansión de la minería ilegal sin control. Si la actividad minera se mantiene en el tiempo y si el Estado venezolano no investiga y permite una exploración científica seria, la capacidad de albergar vida en estos ríos será nula en un futuro cercano. Esta es una de las conclusiones a las que llega el informe Ríos, entre la destrucción y el olvido: efectos del extractivismo minero en los ríos al sur de Venezuela, publicado en diciembre del 2023. Un llamado de atención sobre una de las catástrofes ambientales que debemos evitar como humanos: la destrucción de los principales ríos del Amazonas.
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